domingo, 12 de agosto de 2007



MAS DE LA ESCUELA NAVAL
Cuando ingresé a la Escuela Naval mis padres aún vivían en Linares y mi tía Cristina (hermana de mi padre) fue mi apoderado y cuando uno salía los fines de semana debía llegar con la libreta de salida firmada por el apoderado. En esa época se nos permitía ir al subterráneo del Club Naval donde con mis compañeros de curso jugábamos "billa" y se nos pasaba el domingo completo y como a las 8 de la noche corría al Cerro Alegre donde vivía mi tía para que me firmara la libreta y volver a la Escuela. Era oficial de la Escuela Haroldo Mena que era casado con una prima mía y además adorado por mi tía y ella le contó que le daba tanta pena no verme los fines de semana, pues me iba a jugar. Ese fin de semana cuando llegué a la Escuela y mi primo estaba de guardia, al presentarnos (todos los cadetes debía presentarse al oficial en la puerta de la Escuela) el me dijo. "A contar de la próxima semana se va a quedar todo el domingo con su tía pues ella se queda muy triste" y asi se acabaron las idas a jugar "billa".
En ese tiempo sino había castigo podía salir el sábado y además el domingo, pero si además en la semana obtenía algún 10 (nota máxima) se podía quedar a dormir en la casa y volver el domingo. La semana en cuanto a castigos y notas se cerraba el día jueves en la tarde y nosotros precisamente ese día teniamos Historia con el profesor Peralta que le decía el "chueco Peralta" (esto porque tenía su cabeza siempre inclinada hacia un lado). Los cadetes que haste ese día no tenían castigo y les faltaba solo el 10 le pedía al chueco que los interrogara, éste los llamaba y les hacía una pregunta si la contestaban le ponía el 10 pero si fallaba el cadete le rogaba y le rogaba por una nueva oportunidad y se la volvía a dar, hasta tres veces y si al final contestaba le ponía el 10. ( Era un muy buen hombre)
Aprovecho de agradecer los comentarios que me han hecho que me incentivan a seguir contando historias, a mis hijas, el gato Mauro, Polaf y ahora a "enigma" (que no se quién es)
BUENO SERA HASTA LA PROXIMA

lunes, 16 de julio de 2007

DE VUELTA

Después de la pérdida de mis documentos entré en una depresión, pero gracias a que solo fueron pérdidas materiales eso ya pasó y seguiré con esta nueva manera de contarles de mi vida.
Agradezco los comentarios de mis hijas, de mi yerno y de una amiga de Cecilia a quién también considero como hija.
Bueno siguiendo con el tema de la Escuela Naval. La primera vez que salí a vacaciones fue en el invierno de mi primer año. Mis padres y hermanos aún vivían en Linares y fui a visitarlos. La Escuela nos entregaba un pasaje gratis en los Ferrocarriles del Estado y nos fuimos juntos todos los cadetes que viviamos en el Sur. A pesar de ser "motes" (cadetes de primer año) fuimos muy bien tratados por los cadetes antiguos. Estos se anduvieron portando mal y algunos bebieron más de la cuenta (no sólo pasa en la selección chilena) y a la altura de Curicó empezaron a orinar por las ventanas. Cuando llegamos de vuelta de vacaciones el director de la Escuela nos hizo formar y pasar al frente a todos los que ibamos en el tren. Después preguntó quienes habían sido los que hicieron la "gracia" en la estación de Curicó. Nadie se presentó y fuimos castigados por dos semanas de 10 a 11 de la noche firmes en el patio con dos carabinas al hombro. El no haber revelado quienes había sido nos trajo una amistad con los cadetes más antiguos incluso brigadieres y nos transformaron en sus amigos "carretas" y ya nadie pudo más molestarnos, pues teníamos unos defensores con poder, entre ellos había varios brigadieres con los cuales tuvimos una gran amistad incluso al retirarnos.
Volviendo al tren, al querer bajarme en Linares que era donde vivía mis padres unos compañeros de curso no me dejaron y tuve que llegar con ellos hasta la ciudad de Chillán. Allí bajamos con ellos y uno le contó a su padre la gracia que había hecho y el padre le dio una tremenda cachetada en la estación y le dijo "veo que no aprendes" y llamándo a su chofer me envió a Linares.
Allí al llegar debía uno presentarse al Director de la Escuela de Artillería, para que este firmara un documento y uno quedaba a sus ordenes. El Director era padre de un compañero de colegio en el Instituto y me recibió muy cariñosamente, pues mientrás fui compañero de su hijo muchas veces estudiamos juntos en su casa. Luego me llevó al patio donde estaban formados los conscriptos, casi todos hijos de campesinos y les dijo "Este joven es una cadete naval y cada vez que lo ven deben saludarlo con mucho respeto". Yo me sentía tremendamente hinchado de orgullo, pero el Domingo cuando fui a la Plaza con mis antiguos amigos, los soldados me tenía loco saludando cada vez que pasaba frente a ellos.
Fueron una vacaciones muy felices, varias veces nos junatamos con mis compañeros de colegio e ibamos al Club de la Unión donde jugábamos "dudo" como 20, más nos reíamos que jugar.
Bueno seguiremos pronto y nuevamente gracias a todos

miércoles, 27 de junio de 2007

GRACIAS A TODOS
Gracias por el apoyo que he sentido en esta aventura de escribir impresiones de mi vida, nunca pensé que fuera tan interesante y a la vez tan díficil relatar estas historias.
A mis hijas que han pedido más historias y fotos les pido paciencia pues todo vendrá, aún no tengo claro como lo iré relatando, pero creo que escribir lo que se siente en el momento sea mejor.
En año 1950 llegamos a Linares (nací allí pero nos habíamos ido a Valparaíso y Santiago), me matricularon en un Colegio que pertenecía al Obispado de Linares y que se llamaba Instituto Linares. Ese año se hicieron cargo del colegio una congregación de españoles llamados Marianistas, entre los cuales la formaban hermanos, sacerdotes y legos. Habiendo tenido hasta ese momento una educación mediocre. Esa congregación con unos métodos de enseñanza extraordinarios hicieron nacer un amor al estudio que nunca había tenido. Eran como 16 de los cuales había un sacerdote, un lego y 14 hermanos con una pedagogía que nunca ante vi y un interés en cada uno de nosotros que nos hacía practicamente vivir en el colegio los siete días de la semana.
Mientrás escribo estoy mirando el partido de Chile y Ecuador y acaba de pasar adelante Chile.
Mañana seguiré esta historia, pues estoy muy nervioso.
Nos vemos y nuevamente gracias a los que se molestan en leer lo que escribo.

lunes, 18 de junio de 2007

Blog de Jorge Inojosa



A los 16 años ingresé a la Escuela Naval "Arturo Prat", donde estuve tres años. Pasé unos años maravillosos. Tuve la mejor educación de mi vida. Al entrar media un metro cincuenta y tres centímetros y al sair gracia al régimen deportivo (estuve en el seleccionado de atletismo) ya medía un metro y setenta y un centímetros.
Recuerdo con mucho orgullo a excelentes profesores como Don Manuel Montecinos en Castellano, don Luis Hugett en Algebra, don Aldo Díaz en Geometría, el Padre Pascal en Filosofía, el "Indio" Matta en Inglés, el Sr. Osorio en Trigonometría. Con ellos aprendí muchísimo (me olvidaba del inolvidable "chueco" Peralta en Historia)
A todos ellos les debo lo mejor de mi educación.
Eso ha sido por ahora. Seguiré contándoles de mi juventud matizandolo con vivencias actuales.
Agradezco a mi hija y mi yerno que me envían sus comentarios.